The Spanish translation of my psychological mystery, Sea Scope, is available as a .99 Kindle download from 8/15 thru 8/19. This book received a 5-star review and a silver medal from Readers’ Favorite, a cover award from Top Shelf Magazine, and was a finalist in the mystery category of the Author Academy Awards.
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Overview / Description:
Sarah Collins necesita un escape.
Mientras sufre el duelo por la muerte de su hermano y la inminente ruptura de su matrimonio, regresa al hogar de su infancia en Carolina del Sur, donde su familia regentaba una posada.
Sarah no había regresado a Vista al Mar durante veinte años; desde que ella y su hermano Glen descubrieron un cuerpo cerca del faro. Ella nunca comprendió por qué sus padres se marcharon de Vista al Mar tan repentinamente, ni las razones detrás del suicidio de su padre.
Después que Sarah regresa a la posada, enfrenta recuerdos enterrados hacía mucho tiempo y unas pistas extrañas. Algo no está bien en Vista al Mar. Reunida con personas de su pasado, ella intenta descubrir qué está ocurriendo en el hogar de su infancia.
Cuando el pasado y el presente se encuentran, Sarah debe enfrentar las verdades de su familia, y lo que ocurrió aquel a de verano en el faro. ¿Pero sobreviviría para contar la historia?
Vista Al Mar – Extracto del libro
Prólogo
Posada Vista al Mar, Veinte años atrás
Mi hermano Glen y yo corríamos por las escaleras del faro. Mi cola de caballo se agitaba salvajemente a medida que mis zapatos deportivos golpeaban los escalones de hierro en espiral. Como de costumbre, Glen tomó la delantera y yo reduje mi velocidad, con dolor en mis muslos. Ciento sesenta y siete escalones después me reuní con él en la barandilla, doblada y jadeando. Con una sonrisa pedante, él estaba allí de pie con sus brazos cruzados y relajado.
—Te gané de nuevo, Sara la tortuga. —Sacó su lengua.
Me enderecé. —Pequeño diablillo. Se lo diré a Mamá.
Glen volteó los ojos y me dio la espalda mientras caminaba por el borde del balcón, mirando hacia abajo por la barandilla.
Luego se detuvo.
—Ey, ¿qué es eso? —preguntó, inclinándose por encima de la barandilla.
Vacilé. Lo último que quería era mirar hacia abajo. Glen, por otro lado, no le tenía miedo a nada.
—Aléjate de allí, Glen. ¿Qué nos dijo Papá sobre acercarnos demasiado al borde de la barandilla?
—Tienes que venir a ver esto, Sarah. Hay un hombre allá abajo, —dijo sobre su hombro, señalando el suelo con su dedo regordete.
A pesar de mi estómago revuelto, me asomé por el borde y seguí su mirada hasta un hombre que estaba durmiendo en la hierba arenosa. Estaba boca abajo e inmóvil, sus brazos y piernas extendidos en ángulo, su camisa a cuadros rota.